Don Clemente vive en medio de un triángulo amoroso sin decidirse entre una viuda llamada Hipólita, una despechada doña Beatriz y doña Clara; aunque hay que decir que, esta última, se encuentra en una situación parecida con otros tres caballeros: el citado galán guapetón don Clemente, un hablador insoportable al que llaman Don Julián de la Mata y don Juan Martínez Caniego, regidor de Almagro y como se suele decir “más bruto que un arado”.
Cartilla y Marichispa, los criados, tratarán con un éxito relativo que sus respectivos amos consigan su propósito, pero entretanto se genera una especie de vodevil de luchas escénicas, amantes escondidos, engaños insólitos y mudanzas ante la insistente persecución de la justicia.
Finalmente hay que advertir al espectador que debe abrir el ojo para estar atento ante cualquier engaño, porque aunque todo pasa sobre la escena nunca se sabe cuando la burla le puede afectar a uno mismo…