Compañía Viento Sur.

En un lugar que no es ningún lugar, tres jóvenes marines del ejército esperan una llamada para ejecutar una orden. El enemigo puede estar en cualquier parte. Mientras esperan, se entrenan, se aburren, piensan, hacen bromas, juegan, sueñan, recuerdan, aunque recordar no les ayuda. En Guantánamo han aprendido más de lo mismo. Matar, torturar, tocar con mano el límite de la condición humana en situaciones extremas, víctimas y verdugos de una lógica que acabará con su inocencia y su juventud. Guantanamour es un viaje interior hacia esa esfera que no queremos tocar, la violencia que se anida en cada ser humano, y que en este caso es más cruel porque convive con el amor, la amistad, los sueños e incluso la poesía. Estos jóvenes que no tienen nombre porque podrían ser cualquiera de los jóvenes de hoy, nos acompañan en esa anónima aventura para descubrir lo mejor y lo peor de nosotros mismos. El público va descubriendo la trama al mismo tiempo que alguno de los personajes. Los juegos no tienen reglas claras y cada cuatro es diferente del anterior y del siguiente. El teatro dentro del teatro confunde por momentos a los mismos personajes y el público es juez y parte en todo ello. Los protagonistas de la obra esperan que en cada actuación podamos compartir una conversación con el público que comparten la misma juventud y que son, en definitiva, dueños del futuro.