CONCHA MÉNDEZ Y SU MUNDO. Sinespacio Teatro. Creación que da vida a la historia de esta autora y recrea libremente una de sus obras dramáticas para la infancia nunca estrenadas: 'El pez engañado'.
Haciendo uso de títeres y objetos, el espectáculo es un poema visual inspirado en el universo pictórico de Maruja Mallo.
A los 8 años Concha soñaba con ser capitana de barco, a los 15 una adivina le dijo que sería artista y a los 25, una carta le condujo a las puertas de un palacio, abriéndose un nuevo universo ante ella.
'Hilos en el aire' se sumerge en el fascinante mundo de Concha Méndez, un mundo lleno de sueños, mares y poemas. Concha nunca perdió la capacidad de soñar. Su determinación y energía para encarar con humor y creatividad el orden establecido de una época y convertirse en referente de las mujeres de la Generación del 27, inspira.
Habiendo pertenecido al grupo de las Sinsombrero y teniendo como compañera de andanzas, entre otras, a la artista Maruja Mallo, Concha luchó inagotablemente para abrirse camino, hacerse oír y dejar una impronta como mujer y escritora. Hilos en el aire nos sumerge en el fascinante mundo de Concha Méndez, un mundo de poemas, mares y viajes. El punto de partida y referencia sus memorias: Memorias habladas, memorias armadas, escritas por su nieta Paloma Ulacia a partir de una serie encuentros entre ellas y grabados cada semana durante varios meses.
Paloma es la nieta de Concha; Paloma sueña con ser su abuela; Paloma fantasea con los surrealismos de los surrealistas. Y es que la abuela Concha es mucha abuela. La abuela Concha es Concha Méndez, la Sinsombrero: una mujer adelantada a su época que tuvo el coraje y la determinación de escribir poesía, cine, teatro cuando todo su mundo se lo prohibía. Una mujer con una vida fascinante, una vida que merece la pena de ser contada. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que a través de un juego entre ellas? Paloma tendrá la oportunidad "mágica" de vivir las cosas que vivió su abuela, de conocer a sus amistades: Maruja Mallo, Lorca...a sus amores, de disfrutar de las verbenas y de la noche aquella del Palacio de Cristal, de conocer la Imprenta SUR junto a Altolaguirre…Todo impregnado de la ternura propia de la relación entre nieta-abuela, una relación en la que no faltan la complicidad y el humor.