CONTENEDOR CULTURAL FEBRERO 2020
El impulso de poner en pie Hovering, antes de tener un título o un concepto escénico, surgió de un estado de indecisión extrema comparable al vuelo estático de un colibrí, a un ovni que a duras penas vence la fuerza de la gravedad, o a un número de magia que da tumbos entre la ambición desmedida y la predisposición al fracaso.
Los intérpretes de esta obra se han propuesto levitar en escena a través de una sesión de hipnosis. Todo ello con la ayuda de un fanzine interactivo que se repartirá entre los espectadores al entrar en la sala.