De la cía. COMPAGNIE XY.
ras cuatro años de giras –con gran éxito internacional– los XY estrenaron en la pasada Bienal de la Danza de Lyon su nueva creación. Ampliaron su círculo de diecisiete a veintidós, renovaron la mitad del elenco y le transmitieron sus principios a los más jóvenes: llevar el peso del espectáculo a partes iguales. La especialidad de XY es el porté acrobático, una técnica peligrosa que exige un porteador más que macizo (cien kilos de media) para lanzar al aire, cargando con todo el peso en sus brazos o sosteniendo sobre sus hombros, a un acróbata con pies de pluma (cincuenta kilos y todo mojado). Son veintidós. Los hay pequeñitos, fortachones, barbudos; hay pelambreras mal peinadas, cráneos con cabellos blancos, hombres y mujeres. Una familia numerosa como un sueño, que se adora, evidentemente, pero que adora también armar unas buenas peloteras que se hinchan como un soufflé para deshincharse con igual rapidez. Esta idílica tribu es el colectivo circense XY, con nueve años de existencia, tres espectáculos y un lema que los mantiene en el camino: “Solo se va más rápido, en grupo se va más lejos”. ¡Y punto!