Coreos, coros y corros es una creación escénica de autoría compartida entre Irene Cantero y Natalia Jiménez, que rompe los límites tradicionales del teatro, la danza y la música. El espectáculo propone una experiencia inmersiva donde intérpretes y público comparten un espacio sonoro y físico para explorar colectivamente nuevas formas de estar juntos en escena. Se trata de una instalación en movimiento, con una fuerte carga política, que diluye las fronteras entre intérpretes y espectadores, entre lo íntimo y lo público, apostando por formas de creación colaborativas y no jerárquicas. Una pieza radical, sensible y profundamente contemporánea.