Esa simple historia da pie a un ramillete de números musicales encantadores, desde un corto pero intenso preludio, pasando luego por el Racconto de Leonello, el famosísimo Junto al puente de la Peña
con su segunda parte Mujer primorosa clavellina
, la etérea canción del olvido Marinela, marinela
, la íntima serenata Canta el trovador
, el apoteósico Soldado de Nápoles
, un delicado y a la vez brillante intermedio y el delicioso dúo final, estructurado en varias partes, algunas de las cuales incluyen pequeñas romanzas dentro del dúo.
Todo comienza la Hostería del Ganso, donde vive la princesa Rosina con su fiel criada. A ella llega un músico ambulante llamado Toribio. Comenta con el hostelero sobre la cortesana Flora, que trae loco al capitán Leonello, un apuesto militar. La princesa y la criada entra en la posada y en su aposento, ambas comentan los amoríos del capitán.
Leonello hace acto de presencia con sus compañeros y comenta su plan de seducir a Flora e incluirla dentro de su lista de conquistas. Rosina ha escuchado todo detrás de la ventana y decide urdir un plan para conseguir su amor. Leonello avisa a Toribio para que cante una serenata a Flora; cuando se dispone a cantar, Rosina lo hace desde la celosía de su ventana, quedando Leonello fascinado por la voz e intrigado por quién la canta.
Rosina llama a Toribio y le propone lo siguiente: él se convertirá en su marido y tratará de seducir a Flora, ella le acompañará disfrazada de paje, ayudándole en todo lo que pueda. A partir de ahí, la trama se complica en los siguientes cuadros, y alternará momentos muy divertidos, propios de este tipo de comedias líricas, con los números musicales.