41 FESTIVAL DE TEATRO DE MÁLAGA
Fray Luis de León padeció el mayor castigo para alguien que ama enseñar: estar varios años sin hacerlo. Peor que la cárcel fue la condena de abandonar las aulas de su universidad. A su vuelta, antepuso su vocación a su persona. Gestos como este dicen mucho de lo que somos. Y nos dan la fuerza para seguir diciendo: más conocimiento, más formación, más desarrollo, más mañana.
El recital
La luminosa aparición en el siglo XVI y XVII de una serie de grandes escritores líricos en el ámbito nacional ha posibilitado que hoy en día podamos escoger en cada momento, en cada año, una magnifica muestra de la valía que aquellas y aquellos poetas tuvieron para el pensamiento y literatura.
Aquí y ahora tenemos a Fray Luis de León. Nada menos que a ese hombre rebelde, observador, agudo, sensible, imprescindible para conocer qué milagro ocurrió en las letras españolas para que, siglos después, sigamos creyendo en ella y sintiéndonos orgullosos de poder leerla, de entenderla, de quererla.
Es maravilloso este Fray Luis que nos llena de imágenes, de sentimientos, de ideas, de sensibilidad y que nos obliga a reconocer nuestra ignorancia, a admitir nuestros limitados conocimientos, comparados con los suyos. Leerle es vivir las palabras, sentir los conceptos, llenarnos de luz.