Compañía ¡ojo teatro¡
Desde que escuché, de boca de una sobrina-nieta directa de Francisca Cañadas Morales, Paca “la coja”, su historia, me quedé impactada con la vida de esta mujer. Me llamó mucho la atención cómo había vivido la familia todo el drama que había supuesto la huida de Paquita con su primo. Cuando empecé a escribir el texto y a investigar sobre su vida, me fui dando cuenta de que, al final, me resultaba más interesante la vida de Francisca post-crimen y pre-crimen que la tan manida historia que nos habían ido contando. Veo a Francisca Cañadas, como la mujer que me pareció que podía ser, esa mujer sufridora, pero que en alguna parte encuentra un resquicio para revelarse por todo lo que le había sucedido. Paca “la coja”, nunca pretendió ser protagonista de nada, más que de su propia existencia, pero su cojera, su dote, que fue su gran losa y la pérdida de su gran amor, consiguieron que no pasase inadvertida, es impresionante la cantidad de información que hay sobre el crimen de Níjar y sobre su persona. La veo como una mujer cualquiera, a la que le sale mal la jugada de su vida, pero que por vivir en un ambiente muy cerrado, hostil, le impide volver a levantar el vuelo y comenzar una nueva vida. Su familia no le hablaba, no recibía visitas, no tenía relaciones… Francisca Cañadas Morales murio el 9 de julio de 1987, fue enterrada en la más estricta intimidad, sin permitir que se hiciese una sola fotografía y sin que la prensa se hiciera eco del acontecimiento, tan sólo encontramos una reseña en el periódico El País, y poco más. No he conseguido encontrar una sola esquela publicada de su muerte,PERO SI SU CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN.