Cía. MALÓN TEATRO (Argentina)
De Gabriel Fernández Chapo.
Al morir Evita en 1952, el General Juan Domingo Perón contrata al más prestigioso anatomista del mundo, el doctor español Pedro Ara, para que momifique su cuerpo y el mismo pueda ser exhibido indefinidamente al pueblo. El profesional médico se lanza a una dura lucha contra los signos de la muerte que comienzan a aparecer en el cuerpo sin vida del ahora mito internacional y concibe su trabajo con tal dedicación y esmero como si se tratara de una obra de arte. La tarea encomendada despertó tal obsesión en el médico que literalmente pasó más de tres años sin despegarse de su lado, abandonando a su familia y despertando todo tipo de rumores sobre conductas impropias y poco profesionales. Es en este contexto que su esposa Ana María Hermida, acomodada señora española de alta sociedad, abandona su residencia en la Córdoba Argentina para ir a la sede de la CGT de Buenos Aires donde se encuentra el improvisado laboratorio de su esposo y el lugar de descanso de los restos de Eva Perón. Ella llegará con la intención de recuperar a su marido justo en el momento del derrocamiento del General Perón y cuando el destino del cuerpo de Evita se volvió un problema internacional.