CIA.TITZINA
Bajo la dirección de DIEGO LORCA y PAKO MERINO
Teatro social que invita a la reflexión. ‘La zanja’ levanta un puente entre pasado y presente con la explotación del tercer mundo de telón de fondo
La historia es cíclica y se repite. Aunque sea 500 años después. Poca o ninguna diferencia hay entre la colonización del conquistador español Francisco de Pizarro en Perú en el siglo XVI y la que protagonizan hoy multinacionales en busca de materias primas, oro en ese caso, en aquellas mismas tierras. A ese discurso se agarran Pako Merino y Diego Lorca, el dúo de Titzina Teatre, en su nueva obra, ‘La zanja’, que presenta La Villarroel. Un montaje que sigue los parámetros de una personalísima forma de hacer teatral y con una carrera que ha tenido mayor reconocimiento fuera que en Catalunya. Y eso que fundaron su compañía hace ya 19 años en Cerdanyola del Vallès.
Diego Lorca y Pako Merino son Titzina. Ellos investigan, estudian, escriben interpretan y dirigen sus propios espectáculos; se conocieron en 1999 en la Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq de París y tras estudiar y trabajar en varias compañías internacionales, en agosto de 2001 fundan Titzina, con sede en Cerdanyola del Vallès (Barcelona).
El teatro de Titzina tiene como objetivo generar preguntas en el espectador, hacerle reflexionar sobre los asuntos más habituales y a la vez profundos del ser humano. Con este objetivo es como hasta el momento han producido cuatro espectáculos con éxito de crítica y público: Folie à deux. Sueños de psiquiátrico, Entrañas, Exitus y Distancia siete minutos. Sus obras están editadas y la primera, adaptada al cine. A lo largo de todo este tiempo, Titzina se ha consolidado como una compañía de teatro de creación con un marcado estilo propio, que algunos definen como “sello Titzina”.