TEATRO A PELO (Sevilla)
Relato de cuatro mujeres que podrían ser todas las mujeres, que podrían ser todas las personas.
Las dependientas están cansadas, pero bien, están reventadas, pero bien, están al borde del desmayo, pero bien.
Tienen que seguir siempre adelante, no pueden parar de trabajar, no pueden parar de sonreír, no puede parar de intentar ser las mejores en todo. Las dependientas siempre pueden más. Cuatro mujeres son dependientas. Una de ellas es la encargada. Trabajan en la sección de lencería de unos grandes almacenes. Una de ellas se llama Verónica, otra Celia y la otra Beatriz. La encargada se llama Tatiana.
Las dependientas pretende llevar a cabo una investigación escénica para hablar de la autoexplotación, algo universal porque el ser humano siempre ha vivido en una lucha por la consecución de la libertad y actual porque nunca como hasta ahora hemos sido tan aparentemente libres y, por tanto, artífices de nuestra propia esclavitud. Las dependientas quiere indagar en la desazón de las personas en la sociedad del cansancio, una sociedad en la que siempre nos exigimos más y nos autoconvencemos de que siempre podemos más. A través de cuatro mujeres, Las dependientas muestra una sociedad enferma de exceso de positividad, una sociedad que se exige siempre más, que no ve sus propios límites, una sociedad atroz y que consume de manera compulsiva dando lugar a modelos de trabajo en los que las personas dejan de serlo para ser simplemente productores. No pretende, sin embargo, ser una obra pesimista ni catastrofista, sino más bien arrojar un rayo de luz, aunque sea amargo, presentando la posibilidad de la autoliberación, de convertirnos en héroes que, como los héroes trágicos, seamos capaces de dar un paso al frente para cambiar nuestro destino, para rendirnos ante un cansancio liberar o de quemar nuestro último cartucho de energía en una catarsis.