Judas, se confiesa ante la muerte, justificando su traición, “traición a un falso profeta”, junto con la envidia a Juan y Pedro... poco a poco esa seguridad se irá
desvaneciendo y creciendo sus dudas, hasta arrepentirse, por un beso entregaba al maestro, hasta morir en la cruz.
“¡Me maldecirán, me maldecirán mientras viva!
¡Mi angustia sólo podrá terminar con la muerte!
¿Qué me puede deparar ya la vida, manchada con el odio, la mentira y la traición?”