Una historia sin malos ni buenos. Más bien un viaje por los errores y aciertos que se puede tener a lo largo de veinte años. Sin hacer juicios, solo jugando.
“Lo que dure este café”, es la obra que me trae a estas líneas; un juguete cómico que, gracias al trabajo profesional de mis tres protagonistas, podemos enfrentar al público con la garantía de un trabajo bien hecho.