De Joe Orton. Primera hora de la mañana, en su despacho de una clínica mental el doctor Prentice realiza una entrevista de trabajo a Geraldine, joven candidata a secretaria. En seguida vemos que el prestigioso psiquiatra se interesa por algo más que pos las capacidades laborales de la encantadora muchacha, a la que pretende someter a unas extravagantes pruebas físicas. Cuando ya ha iniciado el disparatado test entra súbitamente en la consulta la señora Prentice que viene de pasar un fin de semana con un colectivo de lesbianas. Este es el inicio de lo que vio el mayordomo, en él ya encontramos el tono de lo que iremos presenciando durante dos horas. A partir de aquí, en un único espacio y a lo largo de un solo día, seis personajes: el doctor, su voluptuosa esposa, la ingenua candidata a secretaria, el crápula botones de hotel, el irracional inspector de saludo mental y el inepto policía nos conducirán por una escalada de absurdas situaciones, no exentas de crítica social, motivadas por el infalible recurso cómico del quid pro quo. Al final de la obra seremos conscientes de haber presenciado una auténtica y enloquecida ceremonia de la confusión.