Los Árboles (Un Chéjov andaluz) es una adaptación de la obra El jardín de los cerezos de Chéjov, ambientada en la Andalucía de los años 80. José Luis de Blas Correa, texto y dramaturgia, nos propone una obra emocionante, profunda, divertida, que dibuja el teatro del futuro en Andalucía. Nueve actores y dos músicos en escena conforman un elenco compacto y orgánico en su interrelación que confirma la vigencia y universalidad del texto de Chéjov. Ellos dan también vida al cancionero popular que recorre la música que acompaña al espectáculo, parte del imaginario y recuerdo de la época en la que se sitúa “nuestro jardín”, “nuestros árboles”...
En palabras del autor:
Durante tres años hemos estado trabajado en este universo andaluz. No se trata de un universo importado desde la Rusia de principios del siglo pasado. En nuestros árboles hemos sacado nuestras propias quemaduras, y establecido férreos vínculos en los que se confunden y difuminan muchas veces los personajes y los actores. Los árboles, en muchos sentidos, funciona como una máquina del tiempo. Para la gente de mi generación, una parte muy definida de nuestra contemporaneidad proviene en gran medida de eventos y movimientos que tomaron su impulso en esa década de los 80. Mucho de lo cristalizado hoy, tiene su ayer en esta época. Quienes somos hoy parte de quienes fuimos entonces y las circunstancias que nos rodeaban. Todos en este montaje han encontrado referentes propios o historias de fondo que reverberan en esta obra a través de sus memorias, y nadie ha quedado a salvo de las alegrías y los dramas familiares que vivimos en escena. Vivimos la historia de esta familia como si fuera la nuestra, porque realmente lo es. Hemos creado una familia, para vivir esta historia como la vive una familia, en toda su miseria y su gloria. Nos dejamos afectar, nos afectamos, porque es nuestra misma historia la que contamos. Y hemos crecido. Nos hemos adaptado cuando el proyecto no los demandaba, y la fe en la importancia del proyecto lo ha mantenido con vida y a flote, y finalmente podrá compartirse con el público. Entiendo que la misma obra empezó a pedirlo un día y es por ello que se muestra y encuentra su espacio. Porque confiábamos que el espacio surgiría del trabajo, y que la obra pediría ocupar su sitio y discurso ante la polis. Nosotros siempre hemos estado a su servicio. Disponibles. Es hora de que nuevos ojos imaginen la parte que le falta.
José Luis de Blas Correa