DENISE DESPEYROUX/T DE TEATRE
Cuando el genial escritor irlandés, Premio Nobel de Literatura en 1969, escribió Los días felices a principios de los años sesenta, hacía ya tiempo que sus piezas más conocidas habían sido publicadas. Es un Beckett maduro —erigido ya en uno de los mas importantes creadores, junto con Eugène Ionesco, del llamado teatro del absurdo— el que estrena en Nueva York esta increíble obra seguida del habitual revuelo que caracterizaba a sus presentaciones. Aunque nació en Dublín, Beckett escribía principalmente en francés con palabras y objetos, como los que su personaje va sacando de su bolso, mientras se repite a sí misma éste va a ser un día muy feliz…