Un actor y un director de la antigua Grecia necesitan encontrar un final para la obra que están a punto de estrenar. Los nervios los atenazan y dudas existenciales amenazan su cordura.
¿De dónde viene la inspiración? ¿A dónde vamos cuando morimos? Pero la pregunta filosófica fundamental es: ¿Si sólo existiésemos en el recuerdo de un alguien que ya no está… tendríamos que seguir haciendo la declaración de la renta? ¿Las almas pagan recibo de autónomo? ¿Dónde se puede cenar bien por poco dinero? Este espectáculo no responde a estas preguntas, pero está lleno de humor y personajes con muy poca vergüenza. Y nuestro mayor deseo es que entren al patio de butacas y pasen con ellos un rato inolvidable. Esperamos con ilusión esa oportunidad.