La casa de Bernarda Alba, considerada como la obra cumbre del teatro de Federico García Lorca, nos presenta una tragedia rural, que imbrica realismo fotográfico con poesía escénica. Lorca la escribió ensanchando los límites de lo permitido, más allá de lo que el público estaba dispuesto a aceptar. A caballo entre la innovación y la tradición, la obra fue concebida a partir de la idea lorquiana de forjar al público, en busca de un nuevo espectador. Entre las muchas lecturas, nuestra directora Alicia González opta por una original versión mostrando al público la conocida historia, pero desde el punto de vista de una de las hijas de Bernarda, Martirio. “En ocho años que dure el luto, no ha de entrar en esta casa ni el aire de la calle”, con estas palabras da comienzo el drama vivido en “La casa de Bernarda Alba”. Nosotras daremos la oportunidad para que una de las protagonistas cuente su versión de lo allí acontecido. Martirio, uno de los personajes más criticados de la obra, nos dará a conocer en primera persona qué pasó en esa casa. Su mano nos irá guiando por los rincones y lo que esos muros no dejaban escapar. Se ha buscado en la realización de este proyecto la unificación de varias ramas del arte, en este caso, es la interpretación propiamente dicha, con la danza y la música en directo, para así transportar al espectador de forma armoniosa a través de la visión de una joven enamorada. Sin perder su esencia lorquiana, “Los Ojos de Martirio” presenta un aire nuevo con una estructura que reduce los tres actos originales a un solo acto, discurriendo con fluidez hasta el final.