CÍA. DANIEL ABREU
CON EL PREMIO NACIONAL DE DANZA 2014 Y MÚLTIPLES PREMIOS MAX EN SU HABER, DANIEL ABREU SE INSTALA EN NUESTRO ESCENARIO CON SU ESPECTÁCULO MÁS PERSONAL. UNA CITA CUMPLIDA.
EL HIJO ES LA REPRESENTACIÓN DE UN HOMBRE EN LA NATURALEZA. SU LLEGADA, LA MAGIA DE NACER, LOS FANTASMAS INFANTILES, EL DESARROLLO LIGADO A LO PRIMARIO Y A LA CULTURA...
En este espectáculo en solitario, Abreu ha tomado el vínculo sagrado y complejo entre los progenitores y su descendencia, evocando el mundo onírico a través de una propuesta sobria pero poética.
En la pieza, el coreógrafo muestra cómo se conforma y desarrolla un vástago. De alguna forma hablar de ello, es poner primero la fragmentación de ese principio de unión, entenderse como individuo que se desata, pero ligado muy profundamente a una repetición de formas y hechos. Algo que solo se puede explicar de forma parcial, porque al fin y al cabo, el individuo siempre lleva consigo la reinterpretación de esa historia. Dice el creador.
Para posteriormente afirmar: Es a través de la poética de la imagen y del sonido, que presento a un descendiente, y que sin estar presentes hablo de progenitores, lugares y, sobre todo, de lo mágico. Y es que la danza permite la celebración de un estar vivos y tener una historia; la experiencia de ser hijo y su entusiasmo; la relación con los ciclos naturales y los sistemas; y en ello, el conjunto de reacciones adentro y afuera que hacen que uno exista.
En la obra se alterna un cuerpo de hoy, móvil y consciente, frente a otros mundos, que no siendo accesibles a la vista afectan y nos guían por caminos, sensaciones en el cuerpo ante hechos proyectados en luces y sombras. Somos seres afectados de emoción, en contextos, de eventos en la naturaleza.
Creación, iluminación e interpretación: DANIEL ABREU
Ayudante de dirección: JANET NOVÁS