De Valle-Inclán.
Esta obra revolucionó el teatro.
Se inaugura con ella un género nuevo: el esperpento, que rompe con las convenciones escénicas anteriores. Luces de Bohemia es el mejor esperpento de este autor, en el que se mezclan la visión del mundo bohemio, literario, y la realidad revolucionaria de su tiempo.
Representa mejor que nadie la problemática del artista moderno y su trágica lucidez.
Es modernidad en estado puro: además de la “deshumanización” vanguardista, anticipa la teoría sobre el “distanciamiento” del teatro de Bertolt Brecht, el teatro del absurdo de postguerra. Se adentra en la condición humana, la alienación del hombre moderno….
Luces de Bohemia es un ataque feroz contra la España de su época. Integra el expresionismo, y se plantea como un movimiento de rebeldía. Esta obra arremete contra toda una sociedad.
Pero además, ya en pleno siglo XXI, podemos afirmar que se ha convertido en un clásico de la literatura. En este sentido, no debemos olvidar que Valle Inclán no dejó de manifestar lo mucho que le debía a la literatura del Siglo de Oro español, y en especial a autores como Calderón, Cervantes y más aún, a Quevedo, con quien tenía especial afinidad intelectual.