Un espectáculo más de mal gusto que nunca y rebosado a petición oficial de atentados contra nuestros valores históricos, culturales o lingüísticos. Luki-Laki significa romper una lanza en Pro y en FIFA Soccer de la revolución, de dejar atrás todo lo pasado y pensar en lo que podría ser. Será una nueva mamarrachada que pintará de memez tantos temas que nos saturan y los metamorfoseará en carcajada. Luki-Laki se nutre de la hipotética actualidad, el proverbial berrinche contra el tiempo y la atmósfera de los bonchos en su momento de bajona, centrifugando estos nutrientes para erigir la espiral de la risa allá donde el sentido de la vida no es más que un coto de caza privado, es decir, en la sesera de cada uno. Abubukaka, como tan acostumbrados nos tienen, dispone sus desatinos en una secuencia de sketchs vírgenes con la natural intención de copular con ellos en pro de la perpetuación de la especia y del Avecrem.