Manu Sánchez regresa a Córdoba para presentar su nueva apuesta teatral: El Último Santo, un espectáculo que, desde su estreno a finales del pasado año, ha sido aclamado ya por más de 33.000 espectadores.
Tras su paso sobre las tablas como monarca en El Rey Solo. Mi reino por un puchero – espectáculo que visitó la capital hace unos años-, Manu Sánchez se adentra ahora en la piel del mismísimo Satán, con un acento tan gamberro como políticamente incorrecto, para anunciar la llegada del Apocalipsis. El Último Santo arrancó en septiembre de nuevo su gira con el mismo recibimiento que en anteriores ocasiones: colgando el cartel de no hay billetes en cada una de sus representaciones.
Manu Sánchez se coronó con éxito en 2013 con el lanzamiento de su primera pieza teatral –El Rey Solo. Mi reino por un puchero-, reivindicándose como uno de los humoristas con más proyección en el escenario teatral del país, y a finales de octubre de 2015 estrenó El Último Santo; desde entonces no ha parado de conquistar al público y a la crítica que acuden a cada una de sus abarrotadas funciones.
El último santo’
El mundo se acaba y parece que la Creación no ha salido como se esperaba. Dios no está dispuesto a aguantar ni un segundo más a corruptos, desagradecidos, desalmados, tramposos y egoístas; el ultimátum es claro, y el encargo cae en manos del único que conoce el Paraíso y el Averno, el único que estuvo arriba y abajo, el único que parece tener respuestas… el pecador, el disfrutón, la bicha mala: El Último Santo.
El Último Santo, un viaje en clave de humor hacia el Apocalipsis, es la confirmación de un actor, humorista y showman de múltiples perfiles que ha seducido a programadores, crítica y ha generado expectación tanto en el público tradicional como en la generación de nuevos espectadores. Ingenioso, punzante, mordaz, afilado y definitivamente hilarante, El Último Santo muestra a un Manu Sánchez experimentado sobre las tablas en un espectáculo lleno de humor, un talento desorbitado para la retórica más vertiginosa e incluso pequeños guiños al género musical, con una puesta en escena que sumerge al espectador en un ambiente destructivo y vitalista a la vez. Una obra en la que su protagonista nos hará comprender que no todo es lo que parece y que, hasta el mismísimo infierno puede convertirse en el auténtico paraíso.