En Acto 1. Lugar de encuentro donde conviven contemporaneidad y tradición. El espectáculo habla de rebelión frente a la ortodoxia, pero también de recuperar la memoria colectiva a través de una verdad transmitida a lo largo del tiempo, en una relación corporal, no exenta de líbido, casi carnal. Se trata de una creación en la que se construye un universo único, excepcional, en el que coinciden y se proyectan conceptos escénicos contemporáneos a la vez que identitarios.