Palacio del Vaticano, 1503. Rodrigo Borgia – Alejandro VI, acaba de fallecer y necesita los servicios de un gran pintor. Leonardo Da Vinci es el elegido para un trabajo que requiere secretismo, talento y estómago. El artista se debate entre un pago sustancioso o rechazar un desagradable encargo. ¿Todos tenemos un precio, incluso uno de los hombres más grandes de la historia?
La obra nos pone ante la disyuntiva de crear libremente o tener que pasar por el aro del poder y el dinero. Leonardo, genio subvencionado, Nuno el camarlengo vaticano que intentará convencer al pintor y Lucrecia Borgia, paradigma de la sensualidad y el deseo, son los personaje que nos llevarán de la mano en esta historia.
La obra utiliza un recurso dramático en el que veremos lo que piensa Leonardo y lo que sucede realmente. Nos sitúa en varias ocasiones entre la irá del artista y un comportamiento correcto. ¿Qué elegirá el espectador, como le gustaría que actuara el protagonista? Esperamos hacer reflexionar sobre como aceptamos el poder, la sociedad establecida y nuestra última palabra ante esta situación. La calificamos como drama histórico pues, aunque la obra es una ficción esta cimentada en los personajes históricos de Leonardo, Lucrecia y la familia Borgia. La familia más reconocida del renacimiento italiano, ejemplo de poder, exceso, intrigas, gusto por el arte y con una de las leyendas negras más nutridas de la historia.