Personales en su lenguaje coreográfico, inquietantes en sus propuestas dramatúrgicas, hipnóticos y seductores en la construcción de sus espacios escénicos… las propuestas del colectivo se tutean con las de las compañías más innovadoras de los países de nuestro entorno.
Es más, Marcos Morau y su equipo han exportado su sello. La Compañía Nacional de Danza, el Scapino Ballet Rotterdam, el Royal Danish Theater o el Ballet de la Opéra national du Rhin han requerido sus servicios.
Tras espectáculos como Rússia, Moscow, Islandia o Siena, entre otros —hasta ahora La Veronal siempre ha tomado como punto de partida el nombre de una ciudad o un país— podríamos decir que el colectivo abandona la superficie de la tierra y se adentra bajo la corteza del globo. Krúbera-Voronya, situada en el oeste del Cáucaso, es la gruta natural más profunda de las que conocemos y Marcos Morau, a partir de este título, traduce en movimientos su visión del mundo: un ojo fotográfico anclado en el presente que capta geografías terrestres y humanas, creando paisajes emocionales.
La Veronal utiliza Voronia para reflejar la idea del infierno. Un espectáculo que capta la atención del público desde el primer minuto. La acción no cesa en escena, ya sea con impresionantes números de conjunto, tríos, solos y dúos interpretados sobre una banda sonora que entrelaza música polifónica, clásica, efectos sonoros y pasajes operísticos.
Tras su estreno la prensa se refería así al espectáculo, El Periódico: Una puesta en escena muy depurada y simbólica, a través de una danza hipnótica. Escena de la Memoria: Una pira creativa de lo más superlativo nunca ofrecido por La Veronal.
Dirección Marcos Morau.
Coreografía Marcos Morau en colaboración con los intérpretes.
Espectáculo para 8 bailarines, 8 figurantes y un niño.