La Madre del Cordero (Guadalajara) y Factoría Echegaray (Málaga).
El almirante Luis Carrero Blanco lleva varias noches sin dormir bien. Tiene sueños agitados en los que una mujer le muestra lugares de su pasado y situaciones grotescas de un hipotético futuro. Seguro de que hay un complot urdido en su contra, acude a misa para hablar con el hijo de Dios, de tú a tú, y pedirle explicaciones. Al fin y al cabo, un presidente del Gobierno tiene que poder descansar. Es la mañana del 20 de diciembre de 1973. Y huele a quemado.
«La madre del cordero” es un colectivo artístico de formación reciente, ligado a los textos del dramaturgo y director Sergio Martínez Vila y a los conceptos de ‘identidad’ y de ‘género’. Con estos mimbres, plantea una revalorización del cuerpo y de la identidad (individual, colectiva), una celebración de sus cambios, y un diálogo artístico con la ineludible realidad de que estamos aquí para ver cómo todo se transforma en otra cosa. El objetivo del colectivo es la alimentación de un proceso permanente de investigación y la creación de espacios de encuentro escénico donde los opuestos se alcanzan y se anulan en la identificación mutua, en vínculo estrecho con los fundamentos de la práctica mística.