La obra representa un futuro distópico donde contextos artificiales reflejan situaciones que se viven hoy en día en todo el mundo y que pueden verse agravadas si el ser humano no reacciona al sentido común.
Denuncia la incertidumbre social y política del momento y pone ante el público las realidades inmediatas del tiempo actual, tratando temas como la violencia de género, la homofobia o la inmigración, entre otros.
La obra se representa bajo una estética indeterminada, compuesta por un solo espacio indefinido y un vestuario fuera de la realidad, intercalando entre sus cuadros, piezas de teatro de máscaras y de clown, además de otras formas teatrales.
La conjunción de recursos que utiliza pretende otorgar a la obra un carácter atemporal en lo que al aspecto visual se refiere.
Este espectáculo se produce dentro del marco del teatro contemporáneo y está dirigido a un público joven-adulto.