En 1972 seguía gobernando Franco. No existían los partidos políticos, vivíamos en un estado policial bajo una censura vigilante. La emigración era muy importante en las clases más desfavorecidas. Había que ir a trabajar, en Francia, Alemania, Bélgica, a dónde se pudiera. Tiempos de “trenes oscuros con olor a tortilla”. Andalucía era eminentemente rural, y tierra de latifundios, con mercado de braceros en las plazas de los pueblos, a los cuales se les ofrecían trabajos temporales precarios.
Salvador era muy sensible a la situación social y política de su tierra, soportando personalmente el peso de la censura, y renegando del flamenco complaciente utilizado como escaparate feliz de una tierra azotada por las injusticias sociales. De su rebelión nace QUEJÍO. Protesta y dignificación del flamenco.