Durante apenas una hora, espectadores y críticos teatrales de todo el mundo han experimentado ya la fascinación de Quijote, la obra maestra de Bambalina. Dos oficiantes vestidos de negro, una mesa, el juego de luces y sombras, la gestualidad precisa y la música matizada se funden, recreando un Quijote mudo y sin embargo elocuente, de evocaciones goyescas, góticas, expresionistas...
La locura de Quijote, del teatro, de la vida... Locura creativa al fin, que despierta pura pasión por este Quijote-Títere tan nuestro y tan universal..