Cuando un miembro de la Generación X descubre que va ser el orgulloso padre de un espécimen millennial, siente aflorar todos sus miedos. ¿Cómo va a soportar su educación, su inteligencia tecnológica superior y su ideología NiNi? ¿Me llevará a la extinción por selección natural o porque conseguirá que quiera tirarme por un puente? Cuando con sólo mirar una ecografía empiezas a darle la razón a tus propios padres, es que tienes un problema muy serio.