Romeo y Julieta despiertan después de un largo sueño, pero no se reconocen. Julieta solo ve a un caballero de unos ochenta años y Romeo a una dama muy bien conservada pero anciana. Al despertar, los dos aún piensan que son un par de adolescentes; Julieta piensa que solo durmió un par de instantes y espera ansiosamente a su eterno amado: Romeo. Este, sin embrago, no se acuerda de nada. Y así, lo que siempre creímos que era el final de la tragedia es el comienzo de la verdadera historia de los amantes más famosos de la historia.