DE JOGLARS
Santiago Rusiñol fue un destacado intelectual y bohemio catalán, considerado el padre del Modernismo. En su estudio-museo, mientras pinta La morfina, a la que fue adicto, sufre una serie de alucinaciones que sirven para construir una mordaz crítica sobre la Cataluña actual frente a la culta, cosmopolita y cívica que él representó. Pero ¿se trata del auténtico Rusiñol? ¿Es un trabajador desequilibrado que se cree el personaje y se resiste a cambiarlo ante la imposición de nuevos héroes y mitos revolucionarios? En cualquier caso, es la cruel realidad actual confrontada a lo que fue esta sociedad en el pasado.