Son las cinco de la tarde. John, el mayordomo está preparando el té con una precisión y elegancia absoluta. Para Vera, la señora de la casa, este momento es algo de suma importancia, ya que le ayuda a recordar e imaginar una vida que tuvo, una vida llena de personas que ya solo existen intermitente-mente en su imaginación.
A través del teatro absurdo y del circo estos dos personajes viven en un reflejo de sus vidas, en un lugar atemporal
e impreciso en el que se relacionan desde el recuerdo de una vida olvidada. Los comienzos y finales se entrelazan mostrando que la existencia es cíclica.