JAN FABRE / TROUBLEYN.
Un solo de danza de 50 minutos fascinante y conmovedor. A través de la repetición de varios movimientos seleccionados a partir de la música compuesta por Dag Taeldeman, el bailarín llega a un estado de éxtasis físico y mental, a un trance, mientras que se deja guiar por las ondas de la música.
A través del ritual de la danza, el intérprete lentamente transciende y cambia a un estado más elevado del ser, como Dorcas en la resurrección.
Dorcas (que es la palabra griega para “gacela”) se describe en el Nuevo Testamento como una seguidora de Jesucristo. Fue principalmente conocida por sus buenas acciones, su caridad y generosidad. Fue muy hábil cosiendo prendas de vestir y entregándoselas a los pobres, sobre todo a las viudas. Cuando murió tras una enfermedad desconocida, el apóstol San Pedro la resucitó de entre los muertos y se convirtió en la primera mujer discípula.