LA COREÓGRAFA Y BAILARINA QUE HA MARCADO LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX Y QUE SIGUE EJERCIENDO SU MAGISTERIO EN EL XXI, OCUPARÁ, POR DERECHO PROPIO, NUESTRO GRAN ESCENARIO DE LA MANO DE BACH, UNO DE SUS MÚSICOS DE CABECERA.
Anne Teresa de Keersmaeker se mantiene fiel al más decisivo de sus principios: basar sus coreografías en el estudio de partituras musicales. Con su treintena de variaciones de todo tipo, la música de las Goldberg propone un formidable y apasionante desafío: inventar una forma bailada en permanente transformación, gravitando sin embargo alrededor de un foco inmóvil. Una forma para Anne Teresa de volver a transitar por un camino conocido, para leerlo a la luz de nuestros días y reafirmarse en su investigación coreográfica.