La Señá Rosita y su novio Cocoliche disfrutan de su noviazgo, pero el padre de Rosita tiene otros planes para ella: casarla con el terrible Don Cristóbal, un acaudalado caballero. Aparece entonces un tercer pretendiente de Doña Rosita: el pendenciero y peligroso Currito del Puerto, que también reclama a la novia. Doña Rosita se ve envuelta entre tres hombres que la desean. Pero, ¿importa lo que ella desee? ¿Por qué Rosita se debe casar con quien le digan?
Ha pasado un siglo (1922) desde que se escribió la obra y la vida de las mujeres ha cambiado mucho. Siempre es bueno mirar atrás para ver de dónde se viene. La obra, inocente en principio y para público infantil en su concepción, es un reflejo de la época. Al poner la obra en pie con actrices de carne y hueso cobra una dimensión distinta. Un bomboncito tierno y duro a veces. Con todas mujeres y sobre las mujeres.