Ángeles Rusó
En ‘Toro’ se traza un planteamiento de la sociedad actual a través de los ojos de la intérprete principal y se utiliza la seducción, la rabia o la honestidad como herramientas para jugar en escena con el maniqueísmo, con los conceptos del bien y del mal en todas sus formas.
La obra comienza con una llamada a Dios a la que éste no responde. La sociedad profesa su fe en internet. Dios en este caso, representa la personificación de éste. Ángeles Rusó a partir de ahí cae de la “nube” y como un “ángel caído” va manipulando la realidad, delirando las acciones humanas y va convirtiéndose en el animal, en el toro, sacando su lado más oscuro, a la vez que su mayor nobleza cuando no puede más.
Sus interpretaciones aluden a las posturas que se adoptan en los medios, en la política, en la sociedad…
“El propio sistema mata la bondad”. “El malo nace o se hace”. “Por pura providencia me he hecho yo mala”. Y finalmente se llena las botas de albero para acometer en el final su guerra con el mundo, su guerra interna en definitiva. Una guerra que sólo reivindica amor y no más discursos de odio.