PANICOMEDIA (Sevilla)
Ser esclavo nunca fue un buen negocio
El Emperador Domiciano va a celebrar un gran desfile y siguiendo la tradición un esclavo debe sujetar la corona de laurel sobre su cabeza y susurrarle continuamente las palabras MEMENTO MORI (recuerda la muerte).
Dos esclavos de Partenio, el Consejero Imperial, juegan a las “tali”, a las tabas. Quien pierda tendrá que enfrentarse a la tarea de llevar la corona láurea sobre la cabeza del terrible Domiciano, y jugarse la vida diciendo esas dos palabras al más despiadado Imperator de Roma. Trajano, gobernador de Germania, es uno de los más importantes generales del Imperio, pero ser tan apreciado por el pueblo puede ser peligroso si el Dominus et Deus siente que se le está haciendo sombra. Los dos pobres esclavos, junto con una esclava de la Emperatriz, ofrecen el trasunto cómico de la historia y se verán envueltos en una trama para acabar con la vida de Domiciano, en la que también están implicados el consejero Partenio, senadores, tribunos, y la propia mujer del Emperador, Domicia Longina, tras largos años de sufrir la crueldad, la locura y la perversidad de su esposo. Aparte de su fiel guardia pretoriana, nadie considera ya al autoproclamado Dios y Señor como un emperador a la altura de su padre Vespasiano, quien acabó con la inestabilidad del año de los cuatro emperadores, o de su hermano Tito, valeroso general y gran estratega. Y Trajano debe posicionarse entre la fidelidad al Imperator o el bien de Roma…
Los dos esclavos proceden de los confines del Imperio. Y la esclava, nacida en Roma pero aún más desfavorecida por el hecho de ser mujer. Veremos a través de sus ojos la dificultad de vivir en la capital del mundo para las clases desfavorecidas. Y también viviremos las dificultades de llegar a lo más alto del Cursus Honorum para un senador de origen hispano. Veremos la llegada al poder de Trajano tras la muerte de Nerva y su nuevo planteamiento político de lucha contra la corrupción, su expansión del Imperio, su capacidad extraordinaria como estratega militar y sus relaciones con su mujer, Pompeya Plotina, y con su sobrino segundo, Adriano.