Teresa Malfatti, amor platónico de Ludwig van Beethoven, le encarga al genio de Viena que componga una pieza para piano dedicada a una joven prodigio que acaba de llegar a la ciudad: Elisabet Barensfeld, a la que cariñosamente llama Elisa.
Malfatti le confiesa a Beethoven que la composición de la pieza es una excusa para que, además, le imparta clases de piano a Elisa, que está perdiendo la vocación por la música.
Beethoven se obsesiona por complacer a Teresa utilizando todas las estrategias a su disposición para que Elisa no abandone la música.