TEATRO DAS BEIRAS.
En una habitación muy rosada, de una casa muy oscura, una solitaria mujer ejecuta la rutinaria tarea "muy femenina" de planchar. Ella plancha, plancha, plancha... De repente, se da cuenta que en el edificio de enfrente, en un apartamento hasta entonces deshabitado, se instaló una nueva inquilina. Todo cambia: ¡deja de estar sola!
Comienza entonces entre ellas una conversación (en realidad, un soliloquio) en la cual, bajo múltiples aspectos, se evidencia la relación hombre/mujer, tanto hoy como en el pasado, una cuestión de antropofagia. Dice Unamuno que el hombre no puede vivir sino de hambre. La más viva expresión de amor es "Yo te comía" (...) Sólo que hoy ya no comemos las carnes; ¡comemos las almas! Es de esta materia, en su alcance real y metafórico, de lo que habla el espectáculo.
Contribuir a una reflexión sobre la condición femenina, haciendo justicia a las palabras de Franca Rame: "Hace dos mil años que lloramos. Ahora vamos a reír, reírnos de nosotros mismos…”
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