Una reflexión sobre la decadencia de Occidente y, por extensión, sobre la absurdidad de la existencia.
El 22 de febrero de 1942 decidió quitarse la vida el escritor Stefan Zweig en compañía de su esposa, 25 años más joven que él. ¿Por qué lo hizo? Mientras el matrimonio Zweig prepara, con calculada meticulosidad, todos los detalles de su suicidio, un exiliado judío, recién llegado de Europa, se presenta en la casa. ¿Quién es este extraño e inoportuno visitante? ¿Cuál es su secreto? ¿Es realmente judío o un agente al servicio de los nazis? Y, sobre todo, ¿por qué muestra ese indisimulado interés por una lámina de William Blake que durante años perteneció a Stefan Zweig?