LASAL TEATRO
La aldea respiraba inquieta, pero Manuel, Claudia y Laura no se dieron cuenta.
Hasta que un día todo se volvió del revés, la gente gritaba, corría y sin saber cómo ni por qué, los tres corrieron también, con el miedo enganchado a sus tobillos, sin mirar atrás, hasta lo más profundo del bosque.