Sabotaje Teatro (Murcia)
La segunda obra de una trilogía entorno al trabajo. No es una pieza de teatro inclusivo aunque Isabel, una bailarina con diversidad funcional, hable en vez de bailar. Tampoco es una pieza de integración social aunque Yolima, una mujer colombiana que trabaja en el cuidado de niños y ancianos españoles, comparta su desapego emocional salvaje. No es un alegato político aunque Mustafá, jornalero y sindicalista en el campo de Cartagena, hable de esclavitud. Ni un manifiesto artístico ni social aunque, José
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Antonio, explote de rabia recordando a sus abuelos y abuelas agricultores mientras cuestiona la teatralidad de la puesta en escena.
No es un documento histórico a pesar de que Diego, profesor de historia jubilado, cuente chistes como hacía su madre campesina, bajo una morena, hace más de 80 años. Ni tampoco es un testimonio de vida aunque Tomás, un joven de Campos del Río (Murcia), cuente cómo llegó a Alemania para trabajar en un hotel más de doce horas diarias y lo primero que aprendió a decir fue “Was soll ich machen?” (¿Qué debo hacer?) Para evitar que su jefe le gritara continuamente por no acatar unas órdenes que no entendía.