Salvadora nunca se lo preguntó, hasta que vio saltar su vida por los aires tras descubrir que su novio la engañaba. Ha puesto fin a una relación de 11 años, dejado su casa, su trabajo y su vida. Ha hecho las maletas y se ha ido a vivir a casa de su tía abuela Rosario. Tras un arrebato de dignidad, se ha visto en aquella casa enorme y sola con mucho tiempo para pensar.