La pieza, como acto creativo, nace de la necesidad de contar, de dialogar entre nosotras sobre el paso del tiempo y el paso de los años. Nace del hecho de no conseguir borrar de nuestras frentes saturadas la pregunta: “¿qué vendrá después?”. Decidimos deliberadamente hablar sobre la insistencia en la que a veces nos vemos atrapadas al comenzar algo y abandonarlo una y otra vez.
Llegamos a la conclusión de que el desasimiento de los motivos propios es condición indispensable para crear y crecer en conjunto.
Conseguimos generar un vínculo entre tres personas sumamente diferentes que consiguen alcanzar una misma situación y estado desde donde se aventuran hacia lo desconocido, hacia un futuro bastante incierto, que se desarrolla en el “¿Y ahora qué?”