De Rafael Amargo, con Luisa Chicano y El Carrete de Málaga
Inspirada en la obra de Caravaggio, esta propuesta de danza flamenca se aleja de lo puramente esteticista para presentar un flamenco menos idealizado, un poco raquítico y hasta tenebroso, un trabajo dramático que juega al equilibrio entre lo animal – o fiero – y lo humano.