A partir de febrero, se podrá volver a disfrutar de este camino construido a principios del siglo XX para facilitar el trabajo de los operarios de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro y cuyo punto más fascinante es un puente de 32 metros de largo colgado a 105 metros de altura. Un paraje natural a la vista de las rapaces que sobrevuelan el desfiladero.