Sobre la cumbre del Cerro de Santa Catalina se alzó ya en el s. IX una antigua alcazaba de origen califal. Siglos más tarde, tras la conquista de la ciudad por Fernando III en 1246 se construyó el castillo cristiano que ha llegado hasta nuestros días. En el siglo XIX, a causa de la invasión de las tropas napoleónicas, el castillo sufre una serie de reformas con el fin de reforzar las estructuras defensivas. Muy próximo al castillo, en los años 60 se construyó el edificio que acoge el Parador Nacional. Desde la cumbre se divisan espectaculares vistas de la ciudad y alrededores, en particular desde el mirador de la Cruz. La fortaleza acoge el nuevo centro de interpretación en el que se hace un recorrido por la historia del castillo.