Liubliana es una pequeña y pintoresca ciudad de calles adoquinadas en el corazón del viejo continente. Conocida como la “Nueva Praga” por las muchas similitudes que guarda con la ciudad checa, recorrer sus calles se convierte en una experiencia fascinante. Un viaje al pasado, donde su preciosa fortaleza medieval la guarda desde las alturas de una colina. Y es que Eslovenia, el país de los castillos, puede presumir de poseer más de 1.000 castillos a lo largo de su territorio. En los últimos años, esta bella desconocida ha visto incrementar el números de turistas por sus calles, disfrutando de su legado artístico pero también de una gastronomía local capaz de satisfacer a los paladares más exigentes. Todos los viernes desde abril a octubre, sabores de todo el mundo se dan cita en la Porta Kuhna (cocina abierta). Los mejores chefs del país se trasladan a la plaza Pogacarjev para elaborar siempre con productos ecológicos, desde platos exóticos de la India hasta recetas eslovenas tradicionales. La cocina eslovena es muy variada siendo los platos populares preparados a base de coles, frijoles y patatas. Una cocina exquisita y sabrosa, donde las especies frescas como menta, melisa, tomillo o laurel cobran gran protagonismo. Y desde luego, no dejen pasar la oportunidad de degustar un Struklji, pastel de harina relleno de requesón o crema de nueces.